Salen fotógrafos de debajo de las piedras. La fotografía se ha reinventado y popularizado. Por eso, hemos aprendido a interpretar y «leer» mejor las imágenes.
Dos objetos marcaron mi adolescencia. Mi padre me regaló una Armónica Hohner y una cámara de fotos Kodak Retinette con objetivo Schneider que todo el mundo en las tiendas me decía era muy buena. Pues bien, me juntaba con amigos a tocar la armónica y en mis excursiones por El Cabo de Gata, cuando aun se podía bordear con el coche, no paraba de hacer fotos. Hoy en día estas dos pasiones me persiguen. La música y la fotografía cogidas de la mano. Disfruto por ejemplo haciendo fotos en conciertos, ahora ya con otra cámara más profesional y desde un punto de vista musical, ya que estoy estudiando guitarra hace unos añitos.
Varias exposiciones individuales sobre París en la Escuela de Idiomas y en Café Cyrano. Dos exposiciones de fotografías de conciertos, «No pass no backstage» y «desconciertos», también en Cyrano. Las miles de fotografías trabajando para la «BBC» familiar (Bodas, Bautizos y Comuniones) y otras tantas para amigos y amigas con aspiraciones a modelo, así como la publicación de mi libro fotográfico con una muy buena acogida mediática, me avalan. Mis continuos cursos del CAF para estar al día en técnicas y programas de la mano de los mejores del sector durante varios años. Mi interés por las publicaciones y exposiciones de los demás, lo que yo llamo tener la antena en modo «on» permanente… porque siempre se está aprendiendo.
Mi última exposición en Rambla Alfareros, 21, sala de diputación, «des-KonciertosII«, ha tenido una gran repercusión mediática. (Ver reseña en IDEAL)
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